Cómo crear un menú semanal único

En el artículo de hoy quiero darte algunas claves y contarte cómo puedes crear un menú semanal único para todo el curso escolar.
Cómo madres, tenemos unas vidas demasiado ajetreadas como para desperdiciar nuestro tiempo en pensar cada día ¿qué cocino hoy?.
Por eso el menú semanal único me parece una estupenda solución. ¿Que en qué consiste?. Consiste sencillamente en tomarte un tiempo para confeccionar un menú sano, equilibrado y sencillo que puedas mantener a lo largo de todo el curso escolar.
Conocí esta práctica hace ya 7 años, cuando mi hijo comenzó a asistir a un pequeño espacio Waldorf de atención a la infancia. Allí cada semana el menú se repetía invariablemente. Me parecía un menú saludable y equilibrado así que no le dí mucha importancia a eso de que no hubiese mucha variedad. Con el paso del tiempo descubrí que este menú único semanal era ideal. Tanto para los niños que lo comen con gusto como para el adulto que lo prepara. ¿Por qué?
Acerca de las bondades del menú semanal único
Habitualmente mantenemos esa creencia que dice que «en la variedad está el gusto». O aquella otra de que los niños se aburren si comen siempre lo mismo. Pero hoy puedo decirte firmemente que eso no es cierto.
¿Alguna vez, en exótico y remoto país, has pedido algo de un menú en un idioma totalmente desconocido para ti?. Seguramente una sensación de incertidumbre, nervios o sopresa rondaba dentro de ti. Tal vez te preguntabes ¿qué he pedido?¿qué llevará?¿a qué sabrá?.
Pues estas mismas preguntas son las mismas que se hace un niño pequeño cuando le ofrecemos unplato totalmente diferente cada día.
Aún no han vivido suficientes experiencias (y mucho menos gastronómicas) como para poder prever lo que les espera. Y esto de primeras, puede generar rechazo e inseguridad.
Lejos de todo esto, el menú único semanal:
1.- Es previsible y aporta seguridad al niño.
¿Conoces esos cuentos en los que la misma frase se repite una y otra vez y que encantan a los más pequeños?. Esto ocurre porque el niño se siente seguro cuando es capaz de anticipar lo que viene a continuación en el cuento.
Pues con la alimentación ocurre lo mismo. Cuando habitualmente presentamos una misma comida a un niño, él puede anticiparse a lo que va a encontrar (su sabor, su textura…) Y esto ayuda a que se relaje y disfrute con la comida.
Por otro lado, los niños muy pequeños aún no han desarrollado su capacidad espacio temporal. Es decir, no saben de lunes, miércoles o domingo, pero sí saben que hoy es el día del arroz, el del pollo o el de la crema de verduras. Cuando esto se repite con constancia, hace que su mundo sea previsible. Les aporta un mínimo de control sobre él y les ayuda a sentirse seguros. Si además asociamos otras rutinas a ésta, como por ejemplo, el día del arroz vienen los abuelos a casa. Entonces, el niño podrá generar asociaciones, anticiparse a lo que está por llegar y sentirse seguro en su mundo.
2. Como es previsible te aporta calma.
Muchas madres hemos dicho en algún momento aquello de «ya no sé lo que cocinar», «tú dime lo que quieres comer y yo lo preparo. Si lo malo no es cocinarlo es pensarlo». Y es que pensar un menú sabroso y saludable al gusto de todos es un quebradero de cabeza. Sobre todo cuando además tenemos otras muchas tareas que atender. ¿Realmente quieres perder tu tiempo pensando en lo que vas a cocinar mañana?. Tener un menú preestablecido te da la calma de saber en todo momento lo que vas a preparar mañana. Evita la recurrente pregunta de ¿hoy que comemos? y su correspondiente… ¡pues a mí eso no me gusta! (Sé que tú tambien lo has vivido). Así que el menú semanal único te da la certeza de saber que a todo el mundo le gustará el plato que has preparado.
Además, tu cuerpo será capaz de anticiparse a la comida de ese día, y más allá de resultarte aburrida sentirás que tu cuerpo la está esperando y que resulta reconfortante para él. ¡Te lo digo yo! que después de seis años, en mi casa no se concibe ya un lunes sin su arroz con verduritas, jajajaja.
3.- El menú semanal único te ayuda a ganar tiempo.
Cuando cocinas cada semana el mismo menú, ya no necesitas seguir la receta mirándola en el libro paso a paso. La haces tuya, la adaptas a los ingredientes de temporada y sabes que saldrá bien.
Además no tienes que dedicar cada día o cada semana tu preciado tiempo a pensar una receta o confeccionar un menú. ¡Olvídalo, eso ya lo hiciste en Septiembre!
4.- Te ayuda a ahorrar dinero.
Cuando la lista de la compra se repite cada semana y cada mes, no hay lugar para incertidumbres o caprichos.
En casa tenemos una única lista de la compra que revisamos cada mes. Miramos los armarios, tachamos lo que no necesitamos y añadimos algo si es necesario.
¿No te parece que son muchas las ventajas del menú semanal único?
Cómo confeccionar tu menú semanal único

Con el paso de los años he probado diferentes menús y diferentes formas de confeccionarlo. He probado a tener un único menú todo el curso escolar. También he probado a alternar dos menús (A y B), por aquello de la monotonía y demás. He probado a diseñar menús soficticados y creativos. He probado a cocinar cada día, o todo en un día, o cada dos días… Todo esto me ha ayudado a aprender algunas cosas que quiero compartir contigo.
- Elige recetas lo más sencillas posibles
Las recetas sofisticadas con sabores complejos suelen resultar aburridas cuando las cocinamos a menudo. Esta complejidad de sabores puede hacer que a más de uno no le guste el plato. Además en ocasiones llevan demasiados ingredientes, lo que dificulta que tengamos todos ellos en la despensa siempre.
Así que te animo a que rebusques en tu lista de «recetas estrella». Esas que son fáciles de hacer, que te sabes al dedillo y que gustan a todo el mundo. Te horrarán tiempo en la elaboración y acertarás seguro.
También puedes apoyarte en algunos libros de recetas de tus cocineros favoritos, yo por ejemplo siempre encuentro inspiración en alguno de mis libros de Jamie Oliver.
2. Planifica todo lo posible
Al principio, solo planificaba las comidas. Pero ahora lo planifico absolutamente todo. Desayunos, almuerzos, comidas, meriendas y cenas.
Esto lo hago por dos razones.
En primer lugar porque me gustan los desayunos y almuerzos variados, pero soy incapaz de pensar lo que quiero preparar recién levantada. Además, muchos de nuestros desayunos favoritos los solemos preparar con antelación como esta granola súper sana.
En segundo lugar, así evito las quejas a primera hora de la mañana. A muchos niños les cuesta el momento del desayuno, si además les ofrecemos algo poco previsibles, puede que el desastre esté garantizado. De este modo, toda la familia puede consultar y saber lo que le espera mañana.
3. Incluye a tus hijos tanto como sea posible
Tanto en el diseño del menú cómo en la elaboración del mismo. Con esto no me refiero a que te sientes con ellos durante horas a revisar libros y recetas hasta dar con la combinación ganadora. Pero sí te recomiendo que tengas en cuenta sus gustos. Si las acelgas no son su plato favorito quizás es mejor no cocinarlas más de una vez por semana y hacerlo de una forma más apetcible. Por ejemplo, a Aarón no le gusta el brócoli pero adora los macarrones gratinados con salsa de queso y brócoli.
Una vez confeccionado el menú siéntate con ellos y cuéntaselo, deja la puerta abierta a alguna sugerencias que no alteren completamente plan de comidas.
En cuanto a la elaboración, yo soy muy partidaria de que los niños entren en la cocina cuanto más mejor. Seguramente no podrás llevar a cabo con ellos todas las preparaciones, pero quizás puedas adelantar el desayuno del día siguiente o pedir colaboración para la cena.
Póntelo fácil a la hora de cocinar
Sé que la cocina tiene tantos adeptos como detractores. De hecho, a muchas personas les encanta cocinar algo nuevo y más elaborado para el fin de semana pero se aburren con la cocina del día a día. Si eres de estas últimas te animo a organizarte y sacar tiempo para cocinar sólo dos días en semana.
No soy experta en batchcooking pero con el paso de los años he observado que hay ciertas recetas que se llevan muy bien y te facilitan mucho la cocina. Me refiero a que a veces con los mismos ingredientes puedes llevar a cabo dos o más preparaciones distintas. O puedes optimizar recursos. Por ejemplo:
- Organiza tus recetas de modo que les saques el máximo partido. En casa los lunes comemos arroz con verduras y los martes legumbres. Así que generalmente hago el doble de sofrito de verduras. De este modo una parte será para el arroz y otra parte para las lentejas o las alubias que voy a cocinar en la slowcooker.
- Los miércoles cocino con el horno y ya que lo enciendo lo aprovecho al máximo. Horneo también algo para el día siguiente o para la cena. Por ejemplo unas verduras al horno que después acompañaré con cous cous o una quiche.
- La slowcooker y el horno son mis grandes aliados. Porque mientras ellos cocinan yo puedo hacer otras muchas cosas y las recetas siempre quedan riquísimas.
- Encuentra tus alimentos comodín para emergencia. Intento que en mi congelador siempre haya albóndigas y croquetas caseras y algunos crepes. Son alimentos que puedo cocinar sin necesidad de descongelarlos con antelación y me salvan de más de un apuro. En mi despensa también suele haber tortillas de trigo y pasta, por supuesto. Son muy versátiles y se cocinan en un pispas.
- Prepara con antelación tarros de granola, avena o crumble para tus desayunos. Se conservan muy bien. Así simplemente lo sacas por la mañana y lo acompañas con lo que más te apetezca.

Como puedes ver en mi menú, este año he optado por incluir dos platos algunos días de la semana y así variar de una semana a otra. Pienso que Aarón ya es suficientemente mayor para orientarse temporalmente y admitir más variedad en su alimentación diaria. Recuerda que la finalidad de este menú es facilitar tu día a día, no ser exclava de una planificación inamovible.
Siéntete libre de hacerlo a tu manera.


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Un comentario
Micheal
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