El primer septenio bajo el enfoque de la Pedagogía Waldorf
Hoy quiero contarte como se conciben los primeros siete años de la vida de tu hijo bajo el enfoque de la Pedagogía Waldorf. Y ¿por qué siete años? puede que te preguntes.
Desde la antroposofía, que es la base de la Pedagogía Waldorf, se considera que nuestra vida se divide en septenios. ¿Qué es un septenio?. Un septenio no es otra cosa que un periodo de siete años. De este modo nuestra vida se diferenciaría en etapas que van de los 0 a los 7 años, de los 7 a los 14, de los 14 a los 21 y así sucesivamente.
En este post voy a contarte algunas ideas relacionadas con el primer septenio.
El primer septenio en la Pedagogía Waldorf
Esta primera etapa de la vida de tu hijo abarca de los 0 a los 7 años de edad. Si bien es cierto que dentro de ella podemos encontrar dos periodos bien diferenciados. Un primer periodo que va de 0 a 3 años y un segundo periodo de los 3 a los 7 años.
En el primer periodo que abarca desde los 0 a los 3 años de vida, tu bebé va a llevar a cabo los aprendizajes más importante de su vida y que le caracterizan como ser humano. Estos son: andar, hablar y pensar. Y nada debe distraerle de ello.
Con esto no me refiero a que tu bebé necesite un entrenamiento diario y específico en estas capacidades, todo lo contrario. En esta etapa debes respetar su ritmo de desarrollo y no interferir en él (puedes leer más acerca de ello en este post sobre Intelectualización temprana en la infancia).
El mundo es bueno
Podríamos decir que en la Pedagogía Waldorf existe una máxima o lema que rige cada septenio.
En este primer septenio ese lema es «el mundo es bueno».
Esto supone que día a día debes intentar mostrar al niño “la bondad del mundo» . Para ello sírvete del ambiente y de ti misma, pues los adultos somos parte fundamental del ambiente. Un ambiente preparado para esta etapa ha de ser cálido y agradable, bien ordenado y seguro . En cuanto a ti, presta especial atención a tu temperamento y tu actitud. Procura mantener un semblante amable y relajado e intenta que tus acciones sean bellas. Debes ser en todo momento ejemplo digno de ser imitado (puedes leer más sobre ello aquí).
El aprendizaje por imitación
En esta primera etapa de vida, el niño es un ser sensoriomotriz que percibe el mundo a través de sus movimientos y sus sensaciones. Por eso el objetivo de la educación Waldorf en este periodo será preparar un ambiente que invite a la exploración y el juego. Crear un espacio donde nutrir al niño de experiencias positivas significativas sin necesidad de nuestra intervención directa sobre él.
Durante estos primeros siete años de vida tu hijo va a llevar a cabo sus aprendizajes por imitación, absorbiendo e integrando en su ser lo que percibe del exterior sin filtro consciente o de razón.
Si tu día a día es caótico y desordenado, si tu actitud es nerviosa y desordenada, esto será lo que transmitirás a tu hijo. Por eso es esencial que te tomes un tiempo para establecer un ritmo y rutinas diarias con los que ambos os sintais seguros. (Puedes leer más acerca de ello en este post). De este modo él podrá fluir y tu podrás dar ejemplo. Pues no es solo importante lo que el adulto hace sino cómo lo hace. La belleza de tu gesto, de tu andar, la alegría en tu hacer y en tu mirar, y el respeto constante en tu obrar. Todo esto impregnará el ambiente y nutrirá a tu hijo.
Espero que estas ideas sobre cómo se conciben los primeros siete años bajo el enfoque de la Pedagogía Waldorf te ayuden y sean inspiradoras para ti.