DÍA A DÍA,  EN EL BLOG

Hygge en familia. En busca de la felicidad.

Ya os he hablado en otras
ocasiones acerca del concepto de hygge,
ese pensamiento danés que consiste en disfrutar de las pequeñas cosas de la
vida, en pasar tiempo acogedor juntos, un tiempo discreto, sencillo y
consciente.
Y es que, en algunas ocasiones,
parece que el concepto hygge se
restringe a los adultos que disfrutan de su tiempo solos, leyendo o tomando
café en un agradable local; o con amigos, participando de una estupenda velada
repleta de suculenta comida y bebida. Pero en pocas ocasiones se contempla la
posibilidad de practicarlo en familia. Podéis hacer la prueba en Instagram,
buscad el hashtag #hygge y observad
la proporción de fotografías familiares con niños presentes con respecto a las
imágenes en las que aparecen adultos solos o acompañados por otros adultos.
Iben Sandahl y Jessica Alexander,
nos dicen en su libro “Cómo criar niños felices”, que no solo es posible
practicar hygge en familia, sino que
además es sano para niños y adultos. Cuando practicamos hyyge con nuestros hijos, ellos se sienten vistos, escuchados y
reconocidos. Practicar hygge fomenta
la paz interior. 
Entonces…Qué es el hygge en familia??
Hygge es en esencia dejar
de pensar en yo  para pensar en nosotros, y en el beneficio de todos. Consiste en aparcar las
preocupaciones y relativizar las necesidades y deseos propios para hacer que
una reunión grupal resulte más cómoda y divertida. De este modo, tanto niños
como adultos pueden disfrutar de una situación relajada y vivir una experiencia
acogedora y gratificante. Además, bajo este planteamiento, las grandes
reuniones familiares serán mucho menos estresantes. Esto es algo que a veces
choca con nuestra cultura, en la que somos muy dados a aprovechar reuniones
familiares o con amigos para contar nuestros problemas, aclarar asuntos
pendientes o hablar de algún tema controvertido que genere debate.
Por otro lado, en las grandes
reuniones, suele ocurrir que los “anfitriones” cargan con todo el trabajo
pesado, son ellos quienes preparan un suculento festín, ponen una bonita mesa y
por supuesto se encargan de recogerlo todo, fregar y dejar el espacio en
perfecto estado. Pero desde el hygge se
apuesta por la colaboración, se acabó aquello de anfitriones e invitados, todos
somos iguales, todos aportamos ricos platos para compartir y nos implicamos
tanto en la preparación como en la limpieza, y esto incluye también a los más
pequeños de la casa.
Si todos estamos dispuestos a
colaborar para crear un momento acogedor, las reuniones familiares mejorarán,
lo que nos hará sentir mejor y más felices.
Ahora prepárate para hyggear.

1.       Acepta el juramento hygge. Si pinchas en
este enlace, Juramento hygge, puedes descargar una nueva versión actualizada. Si pinchas en este
otro, Hygge Oath, puedes descargar la versión original en inglés.

2.       Aparca las preocupaciones. Dejad a un
lado el estrés del día a día y la negatividad.

3.       Mantén tu mente abierta. Busca lo bueno
y agradable de cada cual y de cada situación y céntrate en ello.

4.       Disfruta. Diviértete en familia dentro
o fuera de casa. Aparca tus preferencias y pásalo en grande.

5.       Prepara un ambiente acogedor. Ambienta
el espacio con luz cálida, algunas velas, decoraciones hechas con los peques de
la casa, deliciosa comida y olvida los protocolos!!

6.       Descansa de las quejas. Busca la manera
de participar y ayudar y aumenta así el nivel de felicidad grupal.

7.       Dale la vuelta a la tortilla. Si algo
no salió como esperabas, no pasa nada, no desesperes. Si la sopa quedó espesa,
conviértela en una crema y sirve menos cantidad. Si no hay platos suficientes, pide
a cada comensal que traiga uno y convertidlo en un juego o una exposición.
Busca el lado positivo!!

8.       Aprecia lo sencillo. Los pequeños
momentos, se convierten en grandes momentos si estamos dispuestos a
disfrutarlos.

9.       Reduce los objetos. Utiliza menos
tecnología y menos juguetes e inventa juegos con tus hijos, de éste modo todos
estaréis más presentes.

10.   Conecta con tu hogar. Habilita una
pequeña estantería, una caja de madera o similar para dejar los teléfonos móviles,
iPads, etc al llegar a casa. Esto te ayudará a conectar con tu familia y con tu
hogar.

11.   Motiva el juego. Invita a otros niños a
jugar en casa a juegos de verdad y deja a un lado la tecnología.

12.   Fomenta el juego en grupo. Propón a los
niños juegos en grupo como los minimundos,
un torneo o una búsqueda del tesoro.

13.   La familia es un equipo. Fomentar un
espíritu de cooperación en el hogar dónde “todos responden por todo” genera un
ambiente de seguridad y felicidad.

14.   Canta. Canta mientras cocinas o limpias
y tus hijos se unirán a ti antes de que te des cuenta. Es divertido y
relajante.

15.   Busca el hygge. El hygge no
requiere de grandes ocasiones o de mucha gente. Busca un tiempo semanal o
diario para practicarlo en familia.

Quizá por el ritmo de vida que
llevamos nos parezca difícil practicar hygge
a diario, pero recuerda que este concepto, simplemente significa pasar
tiempo acogedor juntos, no se trata de hacer algo super-especial, sino de
disfrutar y dar valor a esos pequeños momentos que pueden surgir de lo más
sencillo (contar un cuento a la luz de las velas con una taza de infusión o
chocolate caliente, un pequeño pic-nic en el parque, una noche de viernes
viendo una película en familia, una tarde de domingo jugando juegos de mesa,
tomar limonada en la terraza mientras juegas a “veo-veo”, preparar un pastel,
amasar pan…).
Actividades como preparar una
gran excursión o ir al parque de atracciones pueden estar llenas de momentos hygge, pero no buscamos la admiración y
diversión en la grandeza y lo extraordinario, sino en pequeños momentos de
nuestro día a día.
Hygge, no han de ser una cantidad de minutos específicos, una hora,
dos horas…no, pueden ser 15 minutos, en los que cómo padres, estamos plenamente
para nuestro hijo, en ese momento, sin
distracciones,
y como familia estamos en perfecta sintonía.  
Y tu ¿Te unes al movimiento hygge?.
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