
Nuevas formas de vivir el Adviento desde la Pedaogía Waldorf
El carácter universal del Adviento
Los niños pequeños experimentan el paso de las estaciones y sus festivales con todos sus sentidos. Para ellos, son acontecimientos de la naturaleza que se dejan sentir en su piel, en su vista, en su olfato… Comienza a nochecer muy temprano, el suelo está cubierto de hojas secas, encuentran escarcha en las mañanas, llega la primera nevada…Y así asimilan los cambios del mundo que les rodea. ¿Recuerdas las sensaciones que esto despertaba en tí cuando solo eras una niña?. Yo recuerdo el olor de las patatas asándose en la chimenea un sábado por la noche o ver nevar desde la ventana del colegio…
Estas percepciones suelen estar ligadas a una serie de actividades que el adulto lleva a cabo y generan una experiencia en el niño. Por ejemplo, cada año cuando llega el frío recogemos y ordenamos el huerto, rastrillamos las hojas del jardín, asamos castañas, contamos cuentos junto al fuego.
Son estas percepciones y experiencias las que fortalecen el sentimiento de universalidad de cada uno de los festivales si las llevamos a cabo con gratitud.
Entonces, como adultas, debemos buscar esas experiencias cósmicas universales que rodean al Adviento, ser creativas, y generar entorno a ellas nuevas formas de celebrar.
En estos post te dejo algunas ideas de manualidades y versos que pueden resultarte inspiradoras.
El trabajo del adulto durante el Adviento
Después de haber disfrutado de la alegría y el regocijo de la luz y el calor del pleno verano, la luz comienza a desvanecerse poco a poco. Entonces el alma humana se refugia cada vez más en sí misma, y en la época más oscura del año quiere encender su luz interior.
Cada año, cuando nos acercamos a la Navidad, hacemos un esfuerzo por absorber la luz exterior y transformarla para ser iluminados por dentro y poder irradiar esta luz hacia fuera. De este modo, los otros pueden sentir la tranquilidad, el amor y la calidez que brotan de nuestra persona como una bendición.
Así en Navidad, culminamos un proceso que venimos construyendo silenciosamente durante meses.
El Adviento es tiempo de trabajo personal. En el ajetreo diario intenta robar algunos minutos a tu vida cotidiana para enfocarte. Quizás recitar un verso pueda ayudarte. Y así, esto puede iluminarte durante el día y ayudarte a encontrar la actitud adecuada para tu día a día. Quizás a través dee ste trabajo, se enciende una luz en ti y ahora puedes entender algo que no entendías. O tal vez comiences a brillar con entusiasmo contagiando a otros de tu luz.
El niño pequeño podrás así experimentar nuestra actitud correcta a través de nuestro comportamiento y nuestro gesto, y no de nuestras palabras.
El trabajo de las virtudes con los niños
Una forma de lograr un estado de ánimo adecuado para el Adviento y la Navidad es a través del trabajo de algunas virtudes. Virtudes que en nigún momento han de ser explicadas al niño de forma explícita como un sermón. Éstas no han de ser más que una experiencia, una vivencia más de ésta época del año. Así a través de nuestro ejemplo, los niños estarán bien dispuestos hacia los buenos hábitos de esta época.
La anticipación y la espera. A menudo el final del año supone para el adulto un momento de nuevos própositos en el que nuestros deseos se apresuran hacia el futuro. Es entonces el momento de parar y esperar.
Los niños experimentan esta espera a través del calendario de Adviento, cuando no pueden abrir todas sus ventanitas el mismo día. O ante la llegada de sus ansíados regalos el día de Reyes o Papá Noel. También si horneamos galletas navideñas que solo comemos en esta época del año.
En casa por ejemplo, tenemos la tradición de comenzar a leer nuestro libro de cuentos navideños el primer domingo de Adviento, y no antes.
Escuchar. Experimentar el silencio en el amancer, o la quietud a última hora de la noche es algo que el adulto puede hacer.
El niño experimentará esta escucha en el momento del cuento, por ejemplo.
Mirar con asombro. Son dos virtudes que a menudo hemos perdido como adultos. Observar sin juzgar y asombrarnos en lo cotidiano.
El niño cultivará su asombro al observar con reverencia el nacimiento o Belén. Esas figuras confeccionadas a mano, delicadamente situadas y lo que allí representan. No son figuras para jugar, no es un escenario de juego. Es una ventana a la reverencia y el asombro.
La Espiral de Adviento y su significado
Seguramente ya habrás oído hablar acerca de la tradicional celebración de la espiral de Adviento que se lleva a cabo en las Escuelas Waldorf, pero ¿conoces su significado?.
Tradicionalmente en estas escuelas se da comienzo al Adviento con la celebración de la espiral de Adviento.

¿En qué consiste la celebración de la Espiral de Adviento?
Es una celebración sencilla y solemne que a menudo se lleva a cabo en una sala en penumbra. En el salón reina el silencio, tan solo interrumpido por una suave armonía de fondo. Una gran espiral de ramas de abeto con una vela en su centro preside el centro de la sala. Niños, madres, padres y maestros desfilan de uno en uno portando una vela apagada por la espiral de Adviento de fuera hacia dentro. Una vez llegan al centro de la espiral, encienden su vela, comienzan de nuevo el camino hacia el exterior y dejan su vela en uno de los lugares marcados con una estrella.
Este ritual simboliza el camino que cada uno de nosotros hacemos con voluntad hasta encender nuestra luz interior. Es ta luz iluminará al resto i gual que su luz nos iluminará a nosotros.
Praparando la Espiral de Adviento
En primer lugar necesitarás hacerte con una buena cantidad de ramas de abeto. Pues con ellas debes formar una gran espiral en el suelo. A lo largo de la espiral puedes poner tantas estrellas doradas como participantes desfilarán por la espiral. En el centro de ella sitúa un tocón o pequeña mesita con una vela. Ahora prepara las velas para los participantes. Para ello necesitas manzanas rojas y velas altas blancas. Practica un pequeño orificio en el centro de la manzan e introduce la vela. Esta manzana servirá de soporte para evitar que la cera queme las manos de los más pequeños. Sitúa todas las manzanas en una mesa cercana.
Recorriendo la Espiral
Una vez todo está preparado es el momento de encender la vela central. Podéis tocar una suave melodía navideña o entonar un villancico tranquilo de fondo mientras de uno en uno desfiláis por la espiral. Después toma tu manzana, recorre la espiral hacia el interior, enciende tu vela e inicia el camino de vuelta. Deja tu vela en uno de los lugares marcados y continúa hasta salir de ella. Este ritual debe ser llevado a cabo por cada uno de los participantes.

Es una celebración realmente bonita y solemne, pero puede ser imponente para los más pequeños. La oscuridad, el fuego de las velas, el silecio…Por ello, si lo desean, pueden desfilar y hacer el recorrido cogidos de tu mano.
Cómo ves, existen muchas maneras de universalizar las celebraciones y dotarlas de significado. Pues es realmente importante sentirnos identificados con aquello que celebramos.
Realmente espero que disfrutes de esta celebración y consigas realizar un bonito trabajo personal.

También te puede interesar

Liebrecitas de fieltro para Pascua
8 abril, 2019
Un comentario
Pamela
Muchas gracias por este precioso post!