
Oleato de caléndula, cómo hacerlo y para qué sirve
La caléndula es una de las flores más preciadas por sus propiedades medicinales. Hoy te quiero hablar acerca de sus beneficios y de cómo preparar tu propio oleato de caléndula y para qué usarlo.
Por todas es bien sabido que ya en la antigüedad las flores y plantas eran un ingrediente esencial en la despensa de cualquier médica, bruja o curandera. Sus potentes propiedades y sus múltiples usos han sido en muchas ocasiones secretos bien guardados y en otras, a pesar de formar parte de la sabiduría popular, simplemente han caído en el olvido.
Pero hoy, somos cada día más las personas que queremos recuperar los saberes de antaño. Que nos sentimos en plena conexión con la Madre Tierra y nos servimos con agradecimiento de aquello que nos ofrece.
Calendula officinalis
Más conocida por todos cómo caléndula. Es una planta que crece con facilidad en cualquier jardín o arriate. Sus flores van de un vivo color naranja al más intenso amarillo sol. Nos recuerdan en su forma a las sencillas margaritas y tienen la peculiaridad de abrirse cada mañana y cerrarse al ponerse el sol. Ya en la antigua Edad Media se cultivaba esta planta en los monasterios por sus propiedades medicinales. Puedes tomarla en infusión para calmar molestias gastrointestinales y regular el ciclo menstrual. En este último caso debes tomar tres tazas al día una semana antes de la llegada de tu regla.
Para prepara tu infusión pon 30gr de flores secas en un litro de agua hirviendo y deja reposar 15 minutos antes de retirarlas y servir.
También puedes consumir los pétalos en ensalada o secarlos y molerlos para usarlos como colorante alimentario.

Cómo cultivar tus caléndulas
Como te decía anteriormente, la planta de caléndula crece fácilmente en cualquier tierra siempre y cuando tenga suficiente sol y no demasiada humedad, por lo que si decides sembrarla en macetas asegúrate de que disponga de un buen drenaje. En lugares cálidos puedes efectuar la siembra a finales de otoño, pero en climas fríos es mejor hacerlo a principios de primavera, entre marzo y abril. Su floración se prolonga desde abril a diciembre aunque se verá interrumpida en verano debido al excesivo calor. Podrás recolectar fácilmente sus semillas durante verano y otoño, cuando las flores se secan y parecen de nuevo cerrarse. Entonces se forma un pequeño capullo del cual brotarán las semillas.
Recolección y secado
El momento ideal para recolectar tus flores de caléndula es al inicio de la floración después de varios días sin lluvias y a ser posible al mediodía. Así nos aseguramos que la savia es más intensa. Una vez recolectada separa los pétalos de la flor y ponlos a secar en un lugar sombrío y bien ventilado. Te aconsejo que uses un pequeño cesto de mimbre forrado con una gasa de manera que el aire pueda circular sin dificultad.

Cómo preparar tu oleato de caléndula
En primer lugar quiero contarte qué es un oleato y por qué usarlo. El oleato no es otra cosa que una maceración de aceite de la planta elegida para extraer así algunas de sus propiedades. Los oleatos aportan a nuestra piel los beneficios de planta macerada de un modo suave y sin posibles irritaciones cómo puede ocurrir con los aceites esenciales, puesto que están mucho más concentrados.
Para preparar nuestros oleatos vamos a servirnos siempre de flores u hojas secas, puesto que la humedad de la planta podría alterar las condiciones del aceite. En cuanto al aceite, vamos a elegir un aceite rico en vitamina E y a ser posible ecológico, por ejemplo un aceite de oliva virgen de primera prensión en frío. En caso de querer utilizar nuestro oleato para masajes corporales será más conveniente recurrir a aceite de sésamo pues resultará más agradable al contacto con la piel.
Existen dos formas de preparar un oleato, en frío sirviéndonos únicamente del calor del sol, o en caliente a una temperatura constantemente controlada. Hoy te voy a explicar el método de maceración solarizada o en frío.
Oleato de caléndula en frío
Para preparar este oleato de caléndula vas a necesitar 25gr de pétalos secos por cada 250ml de aceite. Por supuesto puedes alterar las cantidades siempre y cuando mantengas dicha proporción.
En un frasco de cristal transparente mezcla los pétalos con el aceite y remueve hasta asegurarte de que todos los pétalos quedan bien empapados. Quizás pienses que hay demasiados pétalos o poco aceite, pero ya verás que con el paso de los días los pétalos se hidratarán y bajarán al fondo del frasco.
En lugar de cerrarlo herméticamente cúbrelo con una gasa y asegúrala con una goma alrededor. Si es posible, introduce tu frasco en una bolsa de papel kraft y déjalo reposar al sol en un lugar cálido durante 2 o 3 semanas, asegurándote cada día de que los pétalos permanecen en contacto con el aceite.
Pasado el tiempo, filtra el aceite macerado con ayuda de una gasa fina y prensa bien los pétalos para obtener todo el extracto posible. Almacena en frascos de cristal tintado bien cerrados, en un lugar fresco y seco. Puedes mantenerlo así hasta un año.

Si deseas un aceite más intenso puedes repetir de nuevo todo el proceso con tu aceite ya macerado. Sólo tienes que añadirle la proporción necesaria de flores secas y dejar macerar de nuevo al sol otras dos o tres semanas.
Aplicaciones de tu oleato
La flor de la caléndula tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias y calmantes, es por ello que su oleato es un excelente remedio para afecciones cutáneas. Utiliza tu oleato de caléndula para calmar eczemas, picaduras de mosquito, piel enrojecida, heridas, quemaduras o inflamaciones leves.
Además puedes utilizar este oleato como base para preparar tus bálsamos, cremas y ungüentos.

