Tomar un café
DÍA A DÍA,  EN EL BLOG

Por qué no te da tiempo a todo

 

Sí, a mi también me pasaba. Tenía la sensación de no estar llegando a todo, por más que lo intentaba, no había horas suficientes en mi agenda para hacer todo lo que quería. Y puesto que la experiencia es una gran maestra, hoy quiero reflexionar contigo acerca de por qué no te da tiempo a todo.

Pues bien, resulta que TODO es una palabra muy grande que abarca demasiado. Y ese es el principal problema. ¿qué englobamos en todo?¿no tienes tiempo para nada?¿qué es nada?. Todo y nada son palabras ambiguas que utilizamos habitualmente a la ligera sin pararnos a pensar en las connotaciones que conllevan para nuestras creencias irracionales. Cuando dices «no tengo tiempo para todo» tu cerebro irracional lo traduce en ansiedad, estrés y ese sentimiento de frustración y pérdida de tiempo que seguro has experimentado tantas veces. De hecho es algo tan habitual que lo has normalizado. No te sorprende cuando tu amiga no puede quedar a tomar un café porque no tiene tiempo para todo, o tu compañera come algo rápido en la oficina comprado en el súper porque no pudo preparar la comida, porque no tiene tiempo para todo, o cuando… y así hasta el infinito.

¿Te has parado a pensar cuando fue la última vez que alguien aceptó quedar contigo sin tener que consultar antes todo lo que tenía que hacer?. Y es que, tener la agenda llena hasta los topes se ha convertido en lo más habitual. Es más, en ocasiones pienso que está bien visto en sociedad ser un persona muy ocupada.

Pero si como yo, eres de esas personas que ama la calma y vivir despacio, te invito a que te quedes un rato más conmigo y sigas leyendo.

 

¿No tienes tiempo para qué?

Cómo te decía antes, todo y nada son palabras muy ambiguas que albergan demasiadas posibilidades cuando hablamos del tiempo. Por ello te animo a que seas más concreta. Cuida tu lenguaje y tu forma de expresarte, incluso contigo misma y di realmente para qué no tienes tiempo. De hecho, te animo a que hagas una lista por escrito de cuáles son esas cosas que te gustaría hacer y para las que no tienes tiempo. Además puedes añadir con qué frecuencia te gustaría llevarlas a cabo. Quizás te gustaría encontrar 30 minutos cada día para disfrutar de un café a solas, o un día al mes para ir al teatro. No es lo mismo ni supone el mismo tiempo ni organización.

Una vez que has analizado qué es lo que no haces tan a menudo como te gustaría, es importante saber a qué dedicas tu tiempo. ¿Alguna vez has hecho un listado detallado de lo que haces en una semana?. Sí, ya sé lo que me vas a decir. Haces lo que hace cualquier mujer. Te levantas temprano, preparas desayunos, te ocupas de los niños… Ah no, espera. Cada mujer es un mundo y sus tareas y responsabilidades también lo son. De manera que coge papel y lápiz y anota día por día y hora por hora lo que haces a lo largo de toda una semana. Incluye la compra, la ducha, el transporte… absolutamente todo debe estar incluido en este horario. Es probable que no sepas exactamente si irás a la compra el lunes o el jueves, no importa, calcula el tiempo que sueles dedicarle e inclúyelo.

Para ayudarte con la tarea te dejo aquí una plantilla descargable gratuita. Sólo tienes que imprimirla y completarla con tu horario.

Bien, ahora que ya sabes en qué gastas tu tiempo y en qué te gustaría gastarlo, vamos a por el siguiente paso.

 

Prioriza tu tiempo

Y es que la vida es cuestión de prioridades pero a veces lo olvidamos. Tengo la sensación (y es una sensación personal) de que últimamente existe en la sociedad un pensamiento generalizado de que podemos tenerlo todo sin renunciar a nada. Y no puedo estar más en desacuerdo con ello. Cuando voy a la heladería y elijo el helado de chocolate, estoy descartando el de vainilla, el de fresa, el de nata, el de pistacho… Porque elegir una opción implica renunciar al resto. Ya, sé lo que estás pensando, que mañana puedes ir y elegir otro sabor. Sí así es, pero será mañana y no hoy. Pues con el día a día pasa igual. Cuando eliges ver tu serie favorita durante una hora estás renunciando a leer, a coser, a pintar…

Así que el siguiente paso consiste en revisar tus listas anteriores y decidir con qué te quedas y con qué no. Al menos en este momento de tu vida. Quizás hace algunos años adorabas ir a bailar dos días a la semana, pero tal vez en este momento de tu vida prefieres dedicar ese tiempo al yoga o a leer.

Agenda para organización del tiempo

 

Economía del tiempo

Tu tiempo no tiene precio, por eso es tan importante que lo administres adecuadamente. El objetivo de todo esto es alcanzar una organización del tiempo realista y óptima. Ajustar tus expectativas a tu realidad. Si por ejemplo, trabajas una jornada de ocho horas a la que debes sumar un par de horas de transporte y ademas tienes en casa un bebé que no alcanza el año y no cuentas con ayudas o apoyos, puede que no sea el mejor momento para decidir que quieres dedicar dos horas cada día a pintar con acuarelas. A esto me refiero con ser realistas. Es tremendamente importante que ajustes tus expectativas a tu tiempo real.

Piensa, reflexiona y prioriza.

Quizás hay tareas o responsabilidades de las que no puedes prescindir, o quizás sí y es solo cuestión de replantearlas. Por ejemplo, quizás piensas que no tienes tiempo de coser porque ese tiempo lo dedicas a limpiar tu casa y no puedes dejar de hacerlo (a no ser que quieras vivir en una pocilga, claro). Pero, quizás alguien podría ayudarte con esa limpieza una o dos veces por semana. Claro que ello conlleva un gasto. ¿Podrías ahorrar algo de dinero de otra partida y dedicarlo a esto?. ¿Estás dispuesta a ello?. La respuesta la tienes solo tu.

 

Organiza tu tiempo libre

Por otro lado es igualmente importante que organices tu tiempo libre. El ser humano tiene tendencia a ocupar todo su tiempo, en ocasiones incluso, sin saber en qué. Por eso es una buena idea bloquear esos espacios vacíos en tu agenda y dedicarlos a algo que te resulte realmente satisfactorio. A menudo me ocurre que los días en los que mi horario está más despejado son los que menos me cunden. ¿Por qué?. Por que mis actividades se dilatan en el tiempo de forma innecesaria. Porque pierdo tiempo y energía en decidir qué haré a continuación y eso supone hacer un ejercicio de priorización sobre la marcha y quizás en ese momento no soy capaz de decidir si prefiero coser, tejer o cuidar el jardín. Todo me apetece pero no lo veo claro. Y al final se pasa el tiempo e hice mucho menos de lo que me habría gustado. Y aparece en mí esa sensación de «no tengo tiempo para todo».

Así que te animo a que imprimas una segunda copia del horario que te he dejado en la plantilla y lo completes ahora con tus prioridades de la manera más realista posible.

 

Ojalá todo esto te resulte de utilidad en tu día a día.

close

Suscríbete a mi newsletter

Tienes la puerta abierta a mi refugio para el alma. En él compartiré contigo algunas historias inspiradoras y reflexiones desde la más absoluta sencillez y sinceridad.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *